Esta entrada la voy a comenzar
comentado el artículo de Natalia Martín Cantero.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de California en San Diego un estudio de la Universidad de California en San Diego, en 28 años
(desde 1980 hasta 2008) el consumo de información se ha incrementado en un 350
por ciento. Mientras tanto, los momentos de inactividad, cruciales
para sintetizar,
digerir y dar forma a nuevas ideas y experiencias, continúan
disminuyendo.
Estos nuevos hábitos están teniendo repercusión
en el
desarrollo de la atención. En esta era de bombardeo multimedia se están
creando problemas para desarrollarla. Es necesario que las
instituciones educativas trabajen y
desarrollen esta capacidad importante para el ser humano, influye en la capacidad
de respuesta al estrés, incluso la mejora del aprendizaje, o en la capacidad de
toma de decisiones. Puesto que cuando vives en un estado de agitación constante
las decisiones que se toman se hacen de forma impulsiva.
Es verdad que cuando accedemos a la red, la información
a la que se puede acceder es ilimitada, y como dice en el artículo Natalia
Martín Cantero “Es como buffet libre. Si no te limitas, te empachas”.
La sociedad nos ha creado una necesidad de estar
constantemente informado o conectado a las famosas redes sociales.
“El estado de estrés o angustia cuando la información que recibes es mayor de la que eres capaz de procesar. Es el empacho que padeces cuando te ves desbordado. Nos cuesta mucho ponernos límites y renunciar. Esto es como un buffet libre. Si no te limitas, enfermas”
Es necesario actuar ante este problema. Puesto que
puede generar cambios en la sociedad, cuadros de ansiedad y estrés. Es
necesario que las personas seamos conscientes y nos pongamos unos límites.
Hoy día con los móviles, en cualquier momento o
conversación vamos a ser interrumpidos, pero nada es tan urgente y si uno no
está dispuesto a ser interrumpido a ciertas horas, hay que decirlo y la gente
lo entiende.
Por otra parte me gustaría añadir
que las nuevas tecnologías están mermando la calidad de la comunicación, pese a
lo que desde fuera parece que aumenta la instantaneidad, la gratuidad, estamos
confundiendo la calidad con la cantidad.Fruto de los nuevos mensajes
mediante el programa "whatsapp", desde mi propia experiencia he podido observar
este cambio de calidad por cantidad.En una conversación por este
programa el tiempo de espera por parte del emisor y receptor entre las
informaciones de pocos caracteres puede prolongarse en el tiempo, además a través
del texto no puedes apreciar bien el tono del mensaje. Mientras, la misma
conversación por teléfono o cara a cara hubiera sido mejor entendida y habría
tenido una duración más corta. Además el programa tiene una opción visible para
tus receptores en la que los avisa de la hora en la que uno lee los mensajes,
¿acaso esto no es una forma más de que los demás controlen tus hábitos?.
No me estoy posicionando en
contra de estas nuevas formas de comunicación, que en algunos casos puede ser
beneficiosa, como por ejemplo cuando el emisor y receptor no pueden concertar
una cita, pero no estoy a favor de que
estén sustituyendo otras formas de comunicación más ricas y beneficiosas que
aportan calidad a nuestra comunicación.
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