domingo, 7 de octubre de 2012

Multiculturalismo



Dentro del mundo siempre han existido culturas diferenciadas, pero nunca había pasado lo que ahora. Gracias al globalismo y los movimientos migratorios las diferentes culturas se encuentran cada vez más cerca.

El mestizaje sería una buena opción, dado que desde siempre las culturas adquieren de otras culturas sus costumbres, nada se podría considerar impoluto, siempre se ha producido una hibridación de culturas.Pero hoy día las sociedades democráticas se sustentan en unos derechos sociales, políticos y económicos que no se consiguen en todos los países de forma igualitaria. Incluso en los propios países democráticos debido a la crisis y recortes, no se consiguen unos mínimos derechos, el estado de bienestar peligra.

Globalización es el término aséptico, descriptivo, elegido para enmascarar el proceso histórico del triunfo e imperio mundiales de la ideología neoliberal. Que defiende la idea del Estado mínimo: el mercado ha de ser el único agente económico

El mundo está lejos de caminar hacia la igualdad. Los países pobres no se enriquecerán gracias a las virtudes de un mercado libre que, por el contrario, perpetúa su pobreza y aumenta las diferencias

Voy a aclarar la diferencia terminológica entre mundialización y globalización, puesto que me gustaría modificar mi opinión de la entrada anterior, en la que equiparé los dos términos.

La mundialización es un proceso iniciado en el siglo XVI, con los orígenes del desarrollo capitalista, por el cual el mundo deviene cada vez más interdependiente en lo económico, aunque sobre la base de una lógica asimétrica.

La globalización es la fase actual del desarrollo capitalista. Es presentada como la única dinámica explicativa del mundo, como un proceso irreversible: el "avance hacia la instauración en el planeta de un único sistema en lo económico, lo político, lo cultural y lo comunicacional", es la culminación del proceso de mundialización.

Por tanto, estos nuevos modelos sociales están teniendo repercusión entre las diferencias que surgen entre las culturas y su convivencia en el mundo.

¿Cómo juzgar la legitimidad o ilegitimidad de prácticas ajenas a la cultura de la sociedad de recepción? ¿Qué criterios aplicar para ello? Si se aplicaran dichos criterios con la misma rigidez a la cultura propia, ¿acaso no se revelarían como ilegítimas ciertas pautas culturales nuestras? 

Algunas posiciones se inclinan hacia el relativismo moral, supongo que ha de haber ciertos principios generales válidos universalmente. Y que debe existir algún criterio, más o menos objetivo, para juzgar la legitimidad de cada práctica cultural.El profesor canadiense Will Kymlicka en su obra “Ciudadanía multicultural”, diseña un sistema en el que los derechos colectivos (que él denomina derechos diferenciados en función de la pertenencia a un grupo) y los derechos individuales se complementan sin resultar contradictorios. En síntesis, su proyecto intenta compatibilizar los valores liberales clásicos de libertad e igualdad con los derechos especiales en función de la pertenencia a un grupo que una sociedad auténticamente multicultural demanda.

Una sociedad democrática puede defender las protecciones externas, pero no debe consentir las restricciones internas. De esta forma, la coartada de la diferencia cultural deja de ser válida y las costumbres que implican un trato desigualitario, discriminatorio y/o inhumano son vistas como tales.

Las protecciones externas ofrecen a las personas el derecho a mantener su forma de vida si así los prefieren: las restricciones internas imponen a la gente la obligación de mantener su forma de vida, aun cuando no la hayan elegido voluntariamente


Un ejemplo de restricción interna podría ser el comentado en clase, la mutilación genital que se realiza en países africanos.Esta práctica se sigue realizando de forma furtiva en condiciones insalubres cuando las mujeres emigran a países occidentales. Supone para ellas una tensión psicológica entre la aceptación y el rechazo social de sus comunidades de inmigrantes, ya que se encuentran atrapadas entre las normas sociales de su comunidad y las de la cultura mayoritaria.

En una sociedad democrática las restricciones internas entrañan diversas opiniones que depende de la cultura propia se pueden interpretar de diversas formas. No me voy a posicionar a favor o en contra porque ahora mismo no creo en el respeto. En esta sociedad no existe el respeto en su definición amplia y de la misma forma el racismo sigue vivo en la sociedad.

A pesar de la sensación percibida que es, que cada vez más culturas se abren a otras, debido al globalismo y la existencia de mejores comunicaciones. Esta idea de muticulturalidad global nos viene grande a la mayoría.Además una sociedad que permite y tolera que se importen mercancías de otros países, que se han producido en condiciones precarias de salubridad y sin respetar los derechos del trabajador, tan asumidos en sociedades democráticas, no es la sociedad en la que quiero estar.Es una sociedad sin valores, en los que por ejemplo, los derechos de los niños y su privacidad se respetan muy poco. Porque por ejemplo, con los niños que son de países pobres la perspectiva cambia. Hoy en día estamos saturados de ver en las noticias fotos de países en guerras en los que aparecen niños y no se respetan sus derechos. Esta saturación de injusticias en el mundo nos hace inmunes y a pesar de mirar, no vemos más allá de nuestros propios muros.

Hoy más que nunca se necesita que los humanos veamos a los demás como humanos y no como personas con diferentes culturas, hay algo que se nos escapa en esta sociedad en la que valores como el amor hacia otros no son prioridades. Es verdad que cuando las necesidades no se cubren salen nuestro instinto animal de supervivencia y si hay que pisar al otro pues se hace. Pero hay que cambiar los modelos de pensamiento y estructuras del sistema de globalización porque no están funcionando. 




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