domingo, 28 de octubre de 2012

La Teleenseñanza




Según Santiago Lorente en el artículo la juventud y la teleenseñanza: oportunidades e incertidumbres, las tecnologías se han convertido en la condición necesaria pero no suficiente sobre los contenidos. Las TIC han ido convergiendo de tal forma que los contenidos, se van haciendo más importantes respecto a los continentes. Las tecnologías convergen con la informática, y estas dos lo hacen con la industria de los contenidos. Cada vez es más fácil, más barato y más interesante captar, transportar, almacenar, procesar y distribuir información de todo tipo.

Las redes de telecomunicación son todavía tres: teléfono, televisión e Internet con ellas, la información multimedia la podemos leer, ver, oír y más importante tratarla, modificarla, procesarla, sintetizarla, compararla, analizarla, juzgarla, distribuirla a otros, comentarla… en definitiva, un sinfín de posibilidades. Todo esto unido a la red de redes va a cambiar la faz informacional del planeta.

La sociedad se podría dividir en dos grupos, los que tienen acceso a la información y los que por razones de su contexto no tienen acceso a ésta.Los que están en el mundo desarrollado y sí tienen acceso a la información, les llega a través de las tecnologías más sencillas y difundidas (radio, televisión y vídeo , pues son las que mejor se adaptan más a los eslabones más bajos de la cadena educativa, como en la enseñanza obligatoria.

Un ejemplo de esto podría ser la experiencia de la Radio ECCA en Canarias, que ha impartido el certificado de escolaridad y título de bachiller, haciendo de esta región española una de las de menor incidencia de analfabetismo y de mayor escolaridad. Otra experiencia a destacar, es a través de la televisión, con la enseñanza de idiomas, con la retransmisión del programa Follow Me (creada por la BBC y retransmitida por TVE con notable éxito. 

Esto nos muestra que a veces las cosas simples funcionan mejor, y no tiene por qué identificarse la teleenseñanza con caros métodos telemáticos. 

La educación asincronía (establecida de manera diferida en el tiempo entre el emisor y receptor), puede ser la respuesta a la mayor parte de los tipos de formación permanente, especialmente para personas con poca disposición de tiempo, y que tienen por tanto administrar este recurso escaso de forma óptima.



Una variable a tener en cuenta para la teleenseñanza, puede ser que entren en juego las empresas mediante la iniciativa privada o la iniciativa del Estado. Como ejemplo de iniciativa de estado tenemos el caso ejemplar del Minitel.En un pasado cercano, en Francia se introdujo el Minitel, nombre comercial del videotex francés. Fue un sistema precursor de Internet muy lento y tosco, que apenas manejaba datos y textos y algún dato gráfico. En Europa fue un fracaso pero a pesar de ello en Francia fue un éxito. Analizando el por qué, estas pueden ser las razones. El gobierno francés, intuyó las grandes posibilidades de la telemática para el desarrollo socio-económico. Hizo del Minitel una cuestión de Estado. Para ello regaló terminales (algo parecido a lo que se hizo en España para la promoción de los teléfonos móviles). Otra medida fue incentivar el uso (o el tráfico) bajando enormemente los precios (en los años 70 la telefónica francesa era pública) y además incentivó las empresas creadoras de información. El cóctel estaba servido. Información como negocio, llegó a los 10 millones de usuarios, mientras que en España no llegó a los 500.000. El Minitel murió con el desarrollo de internet, además porque esta herramienta no evolucionó tecnológicamente, pero se podría decir fue un precursor en Francia a la red.

El Estado puede y deber ser promotor de la teleenseñanza. Pero el Estado modero se está convirtiendo en algo lento, poco eficaz y bajo la rutina de nuevas políticas neoliberales de recortes, están dejando a la sociedad sumida en la crisis. Por ello, la esperanza recae en la iniciativa privada. Los nuevos profesionales deberían percatarse de que la enseñanza es una inagotable fuente de actividad empresarial, e incluso lucrativa (que es a lo que aspiran las empresas en este modelo económico capitalista).

Puede ser que el gran futuro de la teleenseñanza recaiga en empresas privadas que generen contenidos educativos en el ámbito de la formación permanente, adaptando el tipo de tecnología a las diferentes características de los destinatarios. 

En esta sociedad se nos está convenciendo de una constante necesidad de formación permanente. Puesto que si se trabaja, se estudia, se está desocupado o en búsqueda de empleo, la sociedad siempre nos exige estar permanente aprendiendo. 

Necesitamos una sociedad que emprenda la aventura de impartir enseñanza en canales tecnológicos, con unos contenidos que se ajusten a las necesidades reales de la sociedad, así el éxito puede estar asegurado. 

La teleenseñanza puede ser una respuesta económica y de fácil acceso, en el mundo desarrollado para dar respuesta a los nuevos requisitos de formación profesional y el aprendizaje durante toda la vida que promueven diversos organismos internacionales europeos. Tal y como se estableció en el Comunicado de brujas 2010, que dicta unas propuestas para hacer realidad la visión de un mundo globalizado sin fronteras, con una plena movilidad de profesionales y una formación permanente hasta el final de tu vida. Y cada vez ese límite está más difuso con el aumento de la edad de jubilación. Un ejemplo es el programa el Grundtvig, un programa sectoriales de formación dirigido a adultos entre ellos también los mayores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario